¿Puede la práctica de mindfulness formar parte de los cuidados que reciben la mujer y el bebé durante el parto y el nacimiento?
Las matronas, por la naturaleza de su profesión, son susceptibles de padecer estrés, burnout, fatiga por compasión y Trastorno de Estrés Postraumático (Beck, 2015; Hall et al., 2016; Creedy et al., 2017).
Las mujeres durante el trabajo de parto se encuentran ante uno de los eventos vitales más significativos, el cual, sin embargo, puede dejar en ellas, debido a la atención recibida, severas secuelas físicas y psicológicas (OMS, 2017; Olza, 2017; ONU, 2019).
¿No merece el nacimiento de un bebé que todas las personas involucradas estén plenamente presentes, con la “espalda fuerte y el corazón suave”, según la expresión de la antropóloga y monja budista Joan Halifax?
Mindfulness para matronas en el Congreso Nacional de Psicología
Intervención basada en mindfulness para matronas: acompañar el parto y el nacimiento con conciencia plena fue el título de mi ponencia durante el pasado V Congreso Nacional de Psicología, celebrado el pasado verano.
Gracias a Almudena Duque Sánchez, coordinadora del Simposio Ser madre en el siglo XXI: la Psicología al servicio de la salud mental perinatal, y a Covadonga Chávez Vélez, mi tutora del trabajo que presenté para finalizar el Máster en Mindfulness en Contextos de Salud e Investigación, de la Universidad Complutense de Madrid, tuve la ocasión de compartir la investigación que realicé justo antes de que estallara la pandemia por la COVID-19.
En el contexto de los esfuerzos por humanizar la maternidad, mi estudio se propuso contribuir a la investigación sobre cómo las intervenciones basadas en mindfulness son capaces de ayudar a mejorar el bienestar emocional y psicológico de las matronas, en el entendido de que un incremento en estas variables incide de manera positiva en una mayor calidad de los cuidados (Foureur et al., 2013; Hunter, 2016).
Mindfulness y profesionales de la salud
Cada vez es más sólida la evidencia de que las intervenciones basadas en mindfulness (MBI) son capaces de reducir el estrés y de mejorar el estado de ánimo entre los profesionales de la salud (Burton, Burgess, Dean, Koutsopoulou y Siobhan, 2017; Spinelli, Wisener y Khoury, 2019).
La práctica de mindfulness ofrece a enfermeras y matronas una forma alternativa de lidiar con el estrés, y tiene el potencial de mejorar la calidad de la atención al paciente, en un momento en que la empatía y la compasión son consideradas aptitudes esenciales para unos cuidados de calidad (Brass, 2016; Hunter, 2016).
Existen numerosos estudios sobre MBI para profesionales de la salud. Los metaanálisis indican efectos positivos de la atención plena sobre el bienestar psicológico de los participantes (Burton et al., 2017; Spinelli et al., 2019).
Sin embargo, son pocas las investigaciones que se han centrado exclusivamente en enfermeras activas y solo cuatro de estos estudios han incluido a matronas en la muestra.
Investigación con matronas de Madrid
Nuestra investigación logró reunir por primera vez cuatro aspectos claves:
- Muestra exclusiva de matronas.
- Sesiones presenciales.
- Medida antes y después de la intervención.
- Utilización de instrumentos de evaluación suficientemente validados: Escala de Depresión, Ansiedad y Estrés DASS-21; el Cuestionario de las Cinco Facetas de Mindfulness FFMQ, la Escala de autocompasión SCS y el Índice de Felicidad de Pemberton PHI.
Las participantes de mi estudio fueron seis matronas que atienden partos en un centro privado de Madrid que cuenta con una unidad especializada en parto natural.
La intervención fue una adaptación del programa Mindfulness-Based Stress Reduction, MBSR, (Kabat-Zinn, 1990; 2005) al contexto laboral de las matronas. El programa se diseñó para ser aplicado en seis sesiones de formato grupal, con una frecuencia de una vez por semana, aunque la sesión número seis no se pudo llevar a cabo a causa de la COVID-19.
Cada sesión siguió una estructura similar:
- Breve práctica de meditación.
- Conversación grupal.
- Movimientos corporales conscientes.
- Práctica formal de meditación sentada.
- Charla psicoeducativa.
- Práctica de meditación formal.
- Asignación de prácticas (formales e informales) entre sesiones.
Basándonos en los estudios previos, nuestras hipótesis eran que la intervención basada en mindfulness aumentaría las habilidades de atención plena, disminuiría la sintomatología psicológica (ansiedad, depresión y estrés), se incrementaría la autocompasión y aumentaría el bienestar general.
Lo que hallamos
Al analizar los datos la única diferencia estadísticamente significativa que se encontró fue en la subescala de Amabilidad hacia uno mismo, de la Escala de Autocompasión SCS. En el resto de variables no hubo diferencias estadísticamente significativas en la puntuación de las participantes.
Los resultados obtenidos pueden estar relacionados con las limitaciones del trabajo. Es probable que el reducido tamaño de la muestra haya sido un factor determinante para esta ausencia de cambios entre las mediciones pre-intervención y post-intervención.
Otra limitación importante es el impacto que tuvo sobre la aplicación del programa la crisis sociosanitaria por la COVID-19. La sesión 6 del programa, que no pudo celebrarse, estaba prevista para el 12 de marzo de 2020. Un día antes, la OMS declaró la pandemia debido a la COVID-19, y el 14 de marzo el gobierno de España declaró el estado de alarma, lo que obligó a suspender de manera definitiva la intervención.
Además, fue en ese contexto de crisis sociosanitaria donde las participantes respondieron a la segunda batería de cuestionarios (medida post-test). A efectos del presente estudio, la COVID-19 podría haberse comportado como una variable extraña de tipo ambiental, un suceso externo a la intervención que afectó a la variable dependiente (la respuesta a los cuestionarios).
Las matronas han tenido que trabajar en medio de una gran incertidumbre, poniendo en riesgo su propia salud. La saturación de los servicios sanitarios a causa de la pandemia ha llevado a un cambio en los protocolos habituales de atención al parto, limitando derechos de las mujeres como el de elección del lugar para dar a luz, el de estar acompañadas por una persona de su preferencia o el de mantener el contacto con el recién nacido (Renfrew et al., 2020).
Amabilidad hacia uno mismo y salud mental
Como hemos señalado, nuestra investigación encontró un incremento en la subescala de amabilidad hacia uno mismo. Frente a una situación de tanto sufrimiento e incertidumbre como la ocasionada por la COVID-19, la amabilidad hacia uno mismo puede ser un factor clave en el mantenimiento de la salud mental del personal sanitario.
De acuerdo con Neff (2003), si una persona, en lugar de juzgarse con dureza, experimenta cierto grado de autoaceptación, el impacto negativo de la experiencia emocional disminuirá.
Con este estudio se alcanzó el propósito de dirigir el foco hacia la maternidad y la importancia de introducir la atención plena y la compasión en uno de los momentos más significativo en la vida de muchas mujeres, el parto, así como en la llegada de nueva vida al mundo.
Sin duda, el reconocimiento de la necesidad de unos cuidados atentos y compasivos es la piedra angular de la asistencia sanitaria (Sinclair et al., 2016). Aunque esto ha comenzado a tenerse en cuenta en intervenciones relacionadas con cuidados paliativos y al final de la vida, parece que todavía queda mucho recorrido para incorporar los cuidados atentos y compasivos al inicio de la vida.
De acuerdo con la OMS (2017) una de cada seis mujeres sufre depresión posparto. Si a esto se suma la violencia obstétrica (ONU, 2019), parece innegable la necesidad imperiosa de asegurar unos cuidados atentos y compasivos durante el parto.
Para que esto suceda, el bienestar psicológico y emocional de las matronas se muestra como un objetivo a perseguir, y las intervenciones basadas en mindfulness siguen siendo una herramienta prometedora para conseguirlo.
Bibliografía de interés
Beck, C. (2015). Middle Range Theory of Traumatic Childbirth: The Ever-Widening Ripple Effect. Global Qualitative Nursing Research, 2, 1-13.
Creedy, D. K., Sidebotham, M., Gamble, J., Pallant, J. y Fenwick, J. (2017). Prevalence of burnout, depression, anxiety and stress in Australian midwives: a cross-sectional survey. BMC pregnancy and childbirth, 17(1), 13.
Foureur, M., Besley, K., Burton, G., Yu, N. & Crisp, J. (2013). Enhancing the resilience of nurses and midwives: Pilot of a mindfulness based program for increased health, sense of coherence and decreased depression, anxiety and stress. Contemporary Nurse, 45 (1).
Hall, L. H., Johnson, J., Watt, I., Tsipa, A., & O’Connor, D. B. (2016). Healthcare Staff Wellbeing, Burnout, and Patient Safety: A Systematic Review. PloS one, 11(7).
Hunter, L., Snow, S. y Warriner, S. (2018). Being there and reconnecting: Midwives’ perceptions of the impact of Mindfulness training on their practice. Journal of Clinical Nursing, 27, (5-6), 1227-1238.
Kabat-Zinn, J. (1990). Full Catastrophe Living: Using the Wisdom of Your Body and Mind to Face Stress, Pain, and Illness. New York: Delta.
Neff, K. (2003). Self-Compassion: An Alternative Conceptualization of a Healthy Attitude Toward Oneself. Self and Identity, 2, 85–101.
Olza, I. (2017). Parir. El poder del parto. Barcelona: Ediciones B.
ONU. (2019). Informe de la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer