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Tácticas y estrategias para salir de la violencia de género

Las mujeres que logran salir de una situación de violencia de género: ¿cómo lo consiguen?, ¿qué hacen?, ¿cuáles acciones emprenden?

Llamar al teléfono de atención a la mujer (016, en España) puede ser un paso más de una serie de tácticas y estrategias que ponen en práctica las mujeres, desde que intentan, en la fase inicial del maltrato, “salvar” la relación y “cambiar” al agresor, hasta que reúnen la fuerza y confianza suficientes para sacudirse el polvo de los pies y echar andar por una nueva vida, una que valga la pena vivir.

Una mujer que sufre violencia de género no duerme bien y pasa el día entre ansiosa, enfadada y triste.

Una mujer que sufre violencia de género es vulnerable a sufrir depresión o es más probable que caiga en el alcohol u otras sustancias de abuso.

Una mujer que sufre violencia de género tiene la autoestima por los suelos, muchas veces está aislada y suele depender económica o socialmente del maltratador.

Una mujer que sufre violencia de género duplica la posibilidad de suicidarse.

Y aún así, todos los días, en todas partes, hay mujeres que logran poner fin a una relación de abuso.

Violencia de género
A pesar del daño psicológico que sufren, la mayoría de las mujeres es capaz de abandonar al maltratador.

Tácticas y estrategias utilizadas por mujeres que han superado la violencia de género

Según la Macroencuesta de violencia contra la mujer (Ministerio de Sanidad, 2015), en España, 75,2% de las mujeres que han sufrido violencia física afirma que rompió la relación. Hablamos de decenas de miles de mujeres que en los últimos años han demostrado que salir del infierno es posible. Pero, ¿cómo lo consiguen?

Un equipo de investigación de la Universidad de Sevilla, dirigido por María Jesús Cala Carrillo (Recuperando el control de nuestras vidas: Reconstrucción de identidades y empoderamiento en mujeres víctimas de violencia de género, Instituto de la Mujer, 2011) analizó las tácticas de resistencia y acciones estratégicas utilizadas por mujeres que han logrado romper con una relación de maltrato, recuperándose como agentes activas de sus propias vidas.

En la investigación se identifican cuatro tipos de acciones diferentes, que las mujeres aplican dependiendo del contexto social, de la red de apoyo tanto institucional como informal y de los propios recursos individuales. Estas acciones son:

  • Tácticas de adherencia
  • Tácticas de supervivencia
  • Estrategias de desprendimiento
  • Estrategias de empoderamiento

Tácticas de adherencia

Las tácticas de adherencia son aquellas encaminadas a mantener y mejorar la relación, a la par que se intenta cambiar la conducta del agresor.

Estas tácticas de adherencia son:

  • Minimizar el maltrato
  • Justificar y/o comprender la conducta de la pareja violenta
  • Ocultar la violencia
  • Tratar que el agresor cambie

Cuando comienzan a sufrir maltrato muchas mujeres no son conscientes de que están entrando en una situación de violencia de género. Incluso, llegan a pensar que son ellas las culpables, que se lo merecen, pues han interiorizado la voz del maltratador, así como los estereotipos de género (creencias sobre qué es ser mujer y qué es ser hombre) y los roles de género (expectativas sobre los comportamientos apropiados para hombres y mujeres).

Parte de estos estereotipos y roles, aprendidos en la socialización temprana de niños y niñas, y sustentados por la sociedad patriarcal en la que vivimos, es la idea romántica del amor, “que todo lo puede” y, por tanto, todo lo debe soportar…

Amor romántico y violencia de género
Las creencias sobre el amor romántico aumentan la vulnerbilidad de sufrir violencia de género.

“El asumir este modelo de amor romántico, y los mitos que de él se derivan, aumenta la vulnerabilidad a la violencia de género, en tanto el amor es lo que da sentido a la vida (de la mujer) y romper la pareja supone (para ella) un fracaso”, se afirma en el estudio.

 Tácticas de supervivencia

Las tácticas de supervivencia son aquellas acciones necesarias para sobrevivir.

Se incluyen aquí:

  • Seguir el juego al agresor
  • Estar alerta o con miedo
  • Inventar u ocultar información
  • Simular pasividad
  • Esconderse
  • Insensibilizarse emocionalmente
  • Evitar ciertos momentos y situaciones

Este tipo de tácticas, en apariencia pasivas, es un modo de acción que les permite a las mujeres alcanzar cierto control dentro de la situación de sometimiento, una vez que ha fracasado el intento de cambiar la conducta violenta de la pareja.

“Hay una intencionalidad en el comportamiento aparentemente sumiso”, se destaca en la investigación.

La intención es la de seguir vivas, mucho más si tienen hijos e hijas, pues la mujer hará todo lo posible para protegerlos del maltratador.

No oponer resistencia cuando se está en una situación de clara desventaja puede ser la mejor opción en un momento determinado.

En tales circunstancias, el miedo cumple un rol fundamental y es adaptativo, manteniendo a las mujeres alertas. El miedo las lleva a mentir, ocultar, inventar, para evitar represalias. A veces, ante un peligro extremo, nada mejor que esconderse.

Como las hembras de los lagartos, que se paralizan hasta caer tiesas cuando se topan de frente con cierta clase de serpientes, las mujeres a veces se ven obligadas a quedarse inmóviles. Saben que el enfrentamiento puede resultar mortal.

Se trata, sin embargo, de un sometimiento controlado: hasta que llegue el momento de huir a toda velocidad o de que el depredador pase de largo.

No siempre responder es la mejor idea, sino pasar desapercibida y ganar tiempo. Y  esta actitud no significa resignación:

“Están ganando tiempo para adquirir mayor seguridad en sí mismas y desprenderse de la culpa”, asegura este grupo investigador de la Universidad de Sevilla.

Es frecuente que en esta etapa de “aguante”, las mujeres queden emocionalmente anestesiadas. El psiquiatra Luis Rojas Marcos (2005) lo expresa así:

“Tratar de eludir, reprimir, negar, o anestesiar las experiencias intolerables para mantener el equilibrio emocional, es una reacción protectora natural de las víctimas”.

En esta etapa lo importante es sobrevivir. Pero el objetivo, no hay que olvidarlo, es vivir plenamente.

Estrategias de desprendimiento

Las estrategias de desprendimiento son acciones que las mujeres realizan para alcanzar un cambio personal y recuperar el control de sus vidas. Consisten en:

  • Enfrentar al agresor y plantarle cara
  • Reflexionar y cuestionar lo que les está pasando
  • Solicitar ayuda
  • Escuchar y tener en cuenta otras perspectivas
  • Dejar de creer al agresor
  • Planificar la huida
  • Separarse o distanciarse de él
  • Iniciar acciones legales

Si las mujeres no traspasaran las tácticas de adherencia y supervivencia, no lograrían jamás salir de la violencia de género.

La clave que lleva a las mujeres a dar el salto, de las tácticas para sobrevivir a las estrategias para liberarse, es romper el silencio.

Romper el silencio y violencia de género
Si no rompe el silencio será más difícil para la mujer salir de la violencia de género.

Hasta que no rompen el silencio las mujeres no pueden acceder a los recursos externos que vendrán en su ayuda: familiares, amistades, vecinos, compañeros de trabajo, centros de salud, centros de atención a la mujer, psicólogos, abogados, policías, tribunales y toda la red de apoyo que la mujer tenga a su disposición, dependiendo de las circunstancias personales.

Según la Macroencuesta de violencia contra la mujer (2015), 75,4% de las mujeres que contaron su situación a alguna persona del  entorno, rompieron la relación, mientras que solo lo hizo 46,4% de las mujeres que no lo contaron a nadie.

En definitiva: sin romper el silencio y decir lo que pasa es mucho más difícil salir del maltrato.

Cuando las mujeres cuentan su situación, abriendo canales de comunicación y saliendo del aislamiento, reciben la confirmación de que el maltrato no es normal ni debe soportarse.

Las mujeres que participaron en la investigación dirigida por Cala Carrillo narran cómo van tomando conciencia de la situación de desigualdad e injusticia en la que viven, reconociendo la necesidad de un cambio en sus vidas.

Poco a poco, van desprendiéndose de ideas, sentimientos y contextos que las mantienen dentro de la relación con el maltratador, mientras ganan en poder de decisión y autonomía.

En este período son de gran relevancia las voces de los hijos e hijas, que sirven como detonantes para la toma de decisiones.

Entonces, un día las mujeres se sienten con el valor suficiente para enfrentarse al agresor y plantarle cara.

Mientras, van trabajando en el plan de huida. Muchas veces, la separación definitiva viene precedida por varias rupturas fracasadas o abortadas, pero que, sin embargo, van fortaleciendo a la mujer y aumentando la sensación de competencia y eficacia personal.

“El distanciamiento de él, aunque sea transitorio, rompe el efecto de este mecanismo de control (…) Pensamos que la estrategia de alejarse del agresor es muy importante no sólo por el peligro que las mujeres corren permaneciendo al lado de la pareja, sino por la influencia que éste ejerce en ellas desde la proximidad”, señala el estudio.

Gracias a la información a la que han accedido después de romper el silencio y buscar ayuda, las mujeres saben que el agresor, al verse enfrentado, se vuelve más peligroso.

Aunque muchas mujeres se resisten a hacerlo, la mayoría acaba denunciando los hechos ante la policía o buscan la protección de los servicios sociales y/o judiciales.

Finalmente, las mujeres recuperan el control de sus vidas, rompen la relación y se ponen a salvo.

Estrategias de empoderamiento

Las estrategias de empoderamiento son acciones encaminadas a ser y a vivir para sí mismas, a controlar y decidir por ellas, lo que incrementa la autoestima y el bienestar psicológico.

Se incluyen aquí:

  • Mantenerse activas
  • Autoafirmarse por oposición a él
  • Descubrir y llenar el vacío
  • Recomponer redes sociales y recuperar relaciones
  • Escucharse a sí mismas y quererse

Al recuperar la autonomía y el poder de decisión sobre sus propios asuntos, las mujeres incrementan la autoestima y el bienestar psicológico. Las que estaban medicadas, aprovechan la ocasión para dejar los ansiolíticos: ¡quieren estar bien despiertas!

Muchas encuentran en sus trabajos (las que lo tienen) espacios de sostén y disfrutan más del ocio y de actividades dirigidas a sentirse bien consigo mismas.

Algunas mujeres refieren hacer todo lo que él les impedía, salen del aislamiento y se esfuerzan por recomponer viejos vínculos y establecer nuevas redes. Los grupos de apoyo de mujeres que han pasado por situaciones similares suelen ser de gran ayuda.

Frente a la antigua voz que las machacaba, las mujeres aprenden a generar pensamientos dirigidos a mantener la autoafirmación y la autoestima, pasando de necesitar “ser queridas” a quererse a sí mismas.

Porque ninguna mujer es costilla de nadie.

Lecturas y recursos

Cala Carrillo, M.J. et al., (2011): Recuperando el control de nuestras vidas: Reconstrucción de identidades y empoderamiento en mujeres víctimas de violencia de género.

Control y maltrato verbal también son violencia de género

Macroencuenta de violencia contra la mujer 2015

016

 

Por Máximo Peña

Psicólogo, especialista en intervención psicoterapéutica, Máster en Mindfulness, Periodista y papá.

16 respuestas a «Tácticas y estrategias para salir de la violencia de género»

Soy de Argentina y llevo mas de un año de salir de una situacion de violencia, maltrato psicológico..muy cierto el artículo, cada una de las etapas las pasé hasta que logré salir.
La voz de él era tan fuerte de que me iba a matar si me separaba, el miedo me tuvo paralizada hasta que logré gracias a la ayuda de muchas personas denunciar y salir. No fue facil al principio pero hoy soy feliz.

Me alegra mucho Ximena que hayas vencido al miedo y escapado de la situación de maltrato. Gracias por contarlo, tu testimonio puede servirle a alguna mujer que hoy esté tratando de liberarse. El mensaje es claro: es posible salir y afuera hay un mundo esperándote con los brazos abiertos. Un abrazo.

Muy buena explicación,pero como identificó la violencia en mi caso….si me corren siempre y la que no puede alejarse de todo ese maltrato soy yo.y me da vergüenza pedir ayuda.gracias por el espacio

Entiendo que sientas vergüenza de pedir ayuda, pero no eres la única persona a la que le sucede algo parecido. El antídoto contra la vergüenza es la dignidad. Con dignidad, cuenta lo que te pasa y pide ayuda.
A una amiga.
A tu mamá o a tu hermana, algún familiar.
A tu médico.
A los servicios sociales.
A un psicólogo.
Tienes derecho a recibir ayuda.
Pídela.
Ese es el primer paso de la senda de tu recuperación.
¡Suerte y buen ánimo!

Hola. Yo sabia que vivia mal, muy mal. Pero acabo de descubrir que sufro maltrato psicologico. Me estan medicando y estoy intentando arreglar mi vida para abandonarlo. Llevo 25 años casada con el y me tuvo que decir mi medico: «todos lo ven menos tu?». En fin espero salir pronto y gracias por el articulo.

«Todos lo ven menos tú?»
Todos tenemos una parte ciega, conocida para los otros, pero ignorada por nosotros.
Lo sabemos, pero preferimos no verlo.
Porque duele.
Por suerte, ya lo has visto.
Observa atenta y espera tu momento.
Cuando te atrevas a saltar no será más difícil que el más difícil de los toboganes de tu infancia.
En el fondo, ya sabes como hacerlo.
Solo recuérdalo.

En relación al maltrato psicológico de una esposa hacia un hombre con un trastorno psicológico hacerlo público y denunciarlo encaja también casi a la perfección. Digo lo de casi porque el denunciante se enfrenta a la incredulidad y al aislamiento social. Una persona con un trastorno psicológico está estigmatizada de por vida y no tiene la comprensión de casi nadie. Eso sí, entiendo que al hacerlo público y denunciarlo la esposa se cuidará de no seguir con ese maltrato. Gracias.

Muy buen artículo. Yo empecé a contar a mi familia lo que me pasa. Es muy difícil cuando la violencia no es física, sino psicológica y uno siente que no tiene pruebas. Te acostumbras al maltrato, los gritos y que no te de dinero para la comida.
Es bueno saber que muchas mujeres pudieron salir

A Noelia o a otras personas puede servirles, yo hice un plan, armé un plan para huir. Hablé con dos personas (familias amigas) que llamaría si necesitaba ayuda, reuní fuerzas, vencí el miedo y una mañana me levanté muy temprano (también con ayuda y conocimiento de mi jefa donde trabajaba) fui al juzgado e hice la denuncia de maltrato, segun las leyes de mi pais. Allí me dijeron que no podía volver a mi casa porque si él se enteraba me mataría..con esa denuncia fuí con un móvil policial y retiré a mis mellizas que tenian 11 años, ya había hablado con ellas antes, es mas ellas me pedían que ya no querían vivir mas con su papá. Cuando fuí él no estaba, gracias a Dios. Nos fuimos las tres a otra ciudad cercana, con la ayuda de mis amigos alquilé un departamento por dos semanas, hasta que la jueza lo excluyó del hogar. Luego estuve aproximadamente 3 o 4 meses con custodia policial hasta que finalmente se dió por vencido y no me molestó mas. Durante ese tiempo denuncié cada vez que me siguió o vino a casa a molestarme. Cambié hasta mi número de telefono, porque me hostigaba y amenazaba hasta de noche. Por un tiempo casi 1 año y medio no vió a sus hijas, o las vió cuando estaban con su abuela, la mamá de él o con otras hijas mayores que tenemos en común, porque yo temía que él podía hacerle algo a ellas, o simplemente las despreciaba o indagaba acerca de mí. Hoy, han pasado mas de tres años, está en pareja y las mellizas lo ven mas seguido, siempre con las hermanas mayores y «ya se calmó», no tiene malos tratos con ellas. No es un camino facil, pero sí es posible. Yo te aliento a que hagas «tu plan» y comiences a soñar con una vida libre y en paz.

Muchas gracias, Ximena, de verdad, por compartir tu historia. Te felicito por tu coraje. Tu historia es un excelente resumen de los pasos a seguir: hacer un plan, buscar ayuda en familiares/amigos, vencer el miedo, denunciar, ponerse a salvo. Tu caso demuestra que es posible salir del círculo de la violencia de género. Espero que tu relato inspire a muchas mujeres para hacer lo que tengan que hacer, según su propio caso, y volver a respirar en libertad. Un gran abrazo.

Hola estoy dando el primer paso para salir de una relacion de abusos fisicos y emocionales me sali de casa con mis dos hijos y no pienso regresar. Tengo miedo estoy confundida pero se que es lo mejor.

En tu caso, tener miedo no solo es normal sino que es una emoción que viene en tu auxilio para mantenerte alerta. Mientras más pasos des en el sentido de tu nueva vida, alejada de los abusos, mejor te sentirás. Y, muy importante, busca ayuda, cuenta lo que te pasa, deja que los otros se conviertan en una barrera protectora. ¡Buen ánimo y mucha suerte!

Mi experiencia me dice que la responsabilidad es compartida en un cuadro de violencia entre el o la violentx y el o la violentadx. Yo agrego a lo de Ximena ,a su plan ,el registro de qué es lo que permití y qué es lo que haré para romper ese modelo. Gracias por todos los aportes

Hola Kitty, gracias por tu comentario. Entiendo lo que quieres decir en el sentido de la responsabilidad personal que tod@s tenemos en los asuntos de nuestra vida. Pero cuando se trata de violencia no podemos hablar de «responsabilidad compartida» porque eso equivale a colocar en el mismo plano a la agredida y al agresor. El único responsable de la violencia es el agresor. Luego, una vez superada la situación de violencia, puedes revisar los pasos que diste o las señales que descuidaste y que te pusieron en situación de vulnerabilidad, para evitar en el futuro entrar en otra relación similar. Pero el único responsable de la violencia, insisto, es quien la ejerce, no quien la recibe.

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